Carlos Bolaños (Terribilis) es un profesional inconformista y también innovador. Piensa que los buenos resultados pueden ser todavía mejores y que la terrariofilia necesita evolucionar. Su visión, sus métodos y sus logros le han convertido en uno de los activos más importantes del presente terrariófilo.

Entrevista.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en la terrariofilia?
A mi me gustan los reptiles y anfibios desde que tengo uso de razón. Siendo un niño salía al campo a verlos y gracias al apoyo de mi familia pude dar mis primeros pasos en la terrariofilia. Recuerdo con mucha ilusión mi primera Mantella aurantiaca, que fue un regalazo de cumpleaños que me hizo mi hermano. Yo tendría 8 o 9 años entonces, pero mi familia me puso todas las facilidades del mundo para que yo pudiese tener terrarios en casa. Incluso mi padre y mi madre se involucraban en su decoración. Les estoy muy agradecido, porque gracias a ellos hoy estoy aquí, en Terribilis, trabajando en algo que me apasiona.
¿Cuándo aparecieron las Dendrobates en tu vida?
Pues a través de un libro que encontré en un centro comercial. Aluciné con las ranas que aparecían. Después de leerlo, pregunté al responsable de una tienda de mascotas si era posible conseguir Dendrobates. Me dijo que sí, que uno de sus clientes conocía a un aficionado que las tenía y las criaba con éxito (Josep canela). Tiempo después mi pareja de entonces contactó con Josep, a través de los foros, y gracias a ella conseguí mis primeras Epipedobates tricolor.
¿Cómo acabaste trabajando en Terribilis?
Después de comprar las tricolor yo seguía visitando a Josep. Le compraba mosca y también bromelias. Así iniciamos nuestra relación. Y cuando él empezó los preparativos de Terribilis me llamó. Hace más de 17 años de aquella llamada y aquí seguimos.

¿Cómo es un día cualquiera en Terribilis?
En Terribilis hay más de 100 terrarios de exposición y otros tantos para cuarentenas. Cuando llego, reviso a los animales para comprobar que todos están bien y a partir de ahí empiezo mis rutinas. Controlar los bidones de los sistemas de lluvia, pulverizar terrarios, alimentar animales, atender a los clientes… También decoramos terrarios y asistimos a ferias en España, Alemania, Holanda… Así que cada día es un mundo. Trabajamos mucho, pero aun lo hacemos con pasión y quizás por ello se ha generado una bonita comunidad en torno a Terribilis. Muchos entran como clientes y salen siendo amigos.
¿Qué es lo mejor de tu trabajo?
Pues cada día pasan cosas; buenas y malas. La terrariofilia no es una ciencia exacta, no son matemáticas y entran en juego muchas variables. Pero de entre las mejores destacaría conocer a clientes que son la caña y que les apasiona lo mismo que a ti. Y claro, criar animales también nos da muchísimas alegrías. Somos una tienda sí, pero trabajamos en esto porque nos apasiona. Conocer gente, viajar, criar animales y descubrir algo nuevo cada día son las cosas que nos animan a seguir adelante con la tienda.
¿Qué especie te ha hecho más ilusión criar en cautividad?
Hay especies que son consideradas difíciles pero que hemos conseguido criar con facilidad y otras fáciles que nos han llevado su tiempo. Incilius alvarius se me ha resistido durante años, unos 6 o 7, y finalmente este año lo hemos conseguido y me ha hecho una ilusión enorme. También O. histrionica. Lo conseguimos cuando pocos lo lograban y cuando la información no era fiable. Ver las primeras crías de bahía solano fue una experiencia inolvidable.

¿En qué selvas has estado y qué especies has podido ver in situ?
En selvas de Panamá, Peru y Cuba. Y especies ¡muchísimas! Quizás los encuentros más bonitos fueron los más inesperados. Porque a Panamá fuimos a ver Oophaga pumilio y las vimos, pero también vimos Bothriechis schlegelii y esta sí que no nos la esperábamos. Además también he tenido el privilegio de ver in situ a especies de los géneros Micrurus, Bothrops, Ranitomeya, Phyllobates, Hyloxalus, Ameerega…

¿De qué te han servido tus visitas a la selva para el mantenimiento en cautividad de Dendrobátidos?
Visitar selvas ha sido un punto de inflexión. Muchos encasillan a las Dendrobates en terrarios muy plantados, con muchas bromelias, cuando en la naturaleza es fácil verlas entre la hojarasca. Además, tendemos a controlar en exceso las temperaturas y con ello acabamos debilitando a las ranas. Porque en las selvas hay contrastes de temperatura y también de humedad. Todo fluctúa, pero nosotros, en nuestros terrarios, nos esforzamos en que no varíe nada. La climatología de las selvas está llena de contrastes y las Dendrobates viven ahí.
Sobre iluminación también deberíamos replantearnos muchas cosas. He visto Dendrobátidos expuestos al sol cuando a escasos centímetro había una zona de sombra. Y qué decir de su alimentación. En cautividad nos limitamos a ofrecerles micro grillo y mosca, cuando allí se alimentan de multitud de presas. Tendemos a recurrir con demasiada frecuencia a los polvos (vitaminas, calcio) cuando lo que deberíamos de hacer es alimentar mejor a sus presas.

¿Qué consejo le darías a una persona que quiere iniciarse con Dendrobates?
Primero que decida la especie que le gusta. No creo en las especies “sparring”, porque a la larga dejarán de interesar. Que escoja bien y que se informe bien. Los cuidados de las especies no son recetas de cocina. Puede que lo que le ha funcionado a uno no le sirva a otro y por ello debe dejarse asesorar por profesionales. Porque informamos sobre lo aprendido tras muchos casos de éxito y no sobre una única buena experiencia; que bien podría haber sido una casualidad.