Tribolonotus gracilis, también conocido como escinco cocodrilo de ojos rojos, es un saurio robusto y crepuscular capaz de realizar vocalizaciones si se siente amenazado o para defender a sus crías. Esta especie procedente de Papúa Nueva Guinea (y sus islas satélites) es junto a T. novaeguineae una de las más populares de su género. Y pese a que en la actualidad siguen existiendo en los comercios ejemplares capturados cada vez son más frecuentes los nacidos en cautividad.

Morfología.

Tribolonotus gracilis, suele alcanzar los 20 cm aproximadamente de cabeza a cola y entre 50/60 gramos de peso. Tiene una cabeza triangular bien diferenciada del cuerpo y la cuenca ocular anaranjada (distintivo de la especie). En la base de la cabeza tiene 4 protuberancias que le sirven para proteger su cuello, dos más laterales sobre el canal auditivo. Tienen párpados, una lengua de color negra con funciones olfativas (relacionadas con el órgano de Jacobson) y un ojo parietal (pequeño, que apenas se ve) situado en el centro de su cabeza, justo detrás de los ojos.

Tribolonotus gracilis dispone de un cuerpo robusto. De sus cuatro filas de escamas dorsales, similares a las de un cocodrilo, deriba su nombre común; escinco cocodrilo.

Terrario.

Para el mantenimiento de un solo ejemplar recomiendo un terrario amplio con unas medidas mínimas de 70 cm x 50 cm x 50 cm. Necesitan un arroyo o charca de agua (filtrada) en movimiento de unos 5 cm de profundidad, pues les gusta meterse dentro para hidratarse y refrescarse. En su defecto podemos utilizar un amplio bebedero (poco profundo) cambiando el agua periódicamente, ya que suelen defecar en ella.

Una buena capa de sustrato de fibra de coco, de unos 10 cm de profundidad, nos ayudará a mantener altos los niveles de humedad, para el buen desarrollo de plantas y a modo de refugio para nuestros ejemplares. Además deberemos proveer el terrario con otros escondites ya sean naturales o artificiales.

Para su iluminación podemos utilizar una bombilla de 6500k durante 10/12 horas al día junto a una lámpara UVB 2.0. Aunque la segunda no es estrictamente necesaria, al tratarse de una especie de hábitos nocturnos, yo sí la utilizo y veo a mis ejemplares ponerse debajo de ella para asolearse y recibir algo de calor extra.

Los elementos naturales como; fibra de coco, plantas y troncos sirven como refugio a T. gracilis, ayudan a mantener alta la humedad del terrario y a su vez enriquecen su vida en cautividad.

Cabe destacar que bajo ningún concepto debemos alojar a dos machos en el mismo terrario (son territoriales) y tampoco a dos hembras. Ya que en época de cría cada hembra protegerá a su huevo, incluso llegando a atacar a otras hembras. Por lo anterior recomiendo alojarlos en parejas o a un único ejemplar.

Humedad y temperatura.

Son animales que requieren ambientes húmedos, de lo contrario se vuelven inactivos y su piel se reseca. Podemos conseguir una humedad entorno al 70% realizando varias pulverizaciones al día, sin llegar a encharcar el sustrato. También podemos hacer uso de un sistema de nebulización; opción que a mi me ha dado muy buenos resultados. 

Es cierto que toleran temperaturas que oscilan entre los 20o grados de mínima y los 29/30o grados de máxima. Pese a ello debemos evitar valores extremos y aportarles temperaturas entre los 24o de mínima y los 27o de máxima.

Alimentación.

Su dieta es prácticamente insectívora, pero también se pueden alimentar de peces pequeños, babosas y lombrices de tierra. Prefieren presas pequeñas a demasiado grandes y éstas deben de estar suplementadas con calcio, vitamina D3 y ocasionalmente con otras vitaminas.

Dimorfismo sexual.

Cuando son adultos, podemos distinguir el sexo de nuestros Tribolonotus gracilis observándolos detenidamente. El macho es algo más robusto y tiene la cabeza más grande, la hembra, al contrario, es algo más delgada con la cabeza más pequeña. Además, los machos tienen unas almohadillas abultadas que se ven a simple vista, en el tercer y cuarto dedo de las extremidades posteriores, estas características no las tienen la hembras.

Esta especie es capaz de realizar vocalizaciones y éstas también son diferentes en machos y hembras (Ruston et. Al, 2001), pese a ello pocos serían capaces de diferenciarlas así que debemos remitirnos a los anteriores rasgos para diferenciar machos de hembras.

Ejemplares adultos de T. gracilis.

Cría en cautividad.

Tribolonotus gracilis figura como preocupación menor en la lista roja de especies amenazadas de la UICN y, en la actualidad, no está incluida en los apéndices de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (C.I.T.E.S). Pese a ello, debemos fomentar su cría para que su mantenimiento en cautividad no dependa de animales procedentes de captura.

Esta especie puede criar duran todo el año. Pese a ello un aumento de las pulverizaciones diarias del terrario (simulando una estación de lluvias) puede servir de estímulo a nuestra pareja reproductora.

Las hembras suelen poner unas 5/6 puestas al año de un único huevo, rara vez ponen dos. Si optamos por dejar que se incube en el interior de terrario la hembra se ocupará de él hasta su eclosión, que se producirá entre sesenta y noventa días despues de su puesta. Como alternativa también podemos colocarlos en la incubadora a 26 -25o (método, más seguro, que yo utilizo).

Arriba – izquierda, comparativa entre un huevo con 2 días de incubación y otro con 2 meses. Arriba – derecha, eclosión de Tribolonotus gracilis. Abajo – izquierda, cría con pocos días de vida. Abajo – derecha, las crías de esta esepcie, a diferecia de los ejemplares adultos, disponen de una coloración crema en su cabeza, carecen de coloración naranja en la zona ocular y su iris es azul claro.

Algunos aficionados optan por mantener en el mismo terrario de los progenitores a sus crías, por el contrario yo las alojo en recipientes individuales para asegurar que todas se alimenten correctamente.


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