En las últimas décadas, la herpetología junto con otras ciencias han realizado grandes avances que han aumentado nuestra comprensión sobre la complejidad biológica que tienen los reptiles y anfibios. Conocimiento con base netamente científica que hoy en día nos permite ser capaces de asegurar el bienestar animal de estas especies de igual o incluso mejor forma de lo que se hace con mamíferos domésticos. Hechos que repercuten de forma muy positiva en la terrariofilia, porque cada vez sabemos más de las necesidades ambientales, nutricionales y comportamentales de sus especies protagonistas.
Cada día somos más los que mantenemos reptiles o anfibios en cautividad y somos conscientes de un hecho que a priori parece lógico, y es que cada animal en la naturaleza se hace cargo de su propio bienestar, con mayor o menor grado de éxito en su proceso de adaptación a los retos que se le presenten a diario, mientras que con los animales en cautividad somos nosotros los únicos responsables de su bienestar (que podrá verse afectado por cualquier acción o inacción nuestra), y este pequeño “dogma” tiene que calar y ser parte del compromiso que adquiere todo buen terrariófilo que se considere como tal.

En el presente, el “Bienestar animal” parece estar en boca de muchos y cualquiera pensaría que ésto es positivo, porque debería implicar que somos más conscientes de su significado y de todo lo que implica. Pero la realidad es otra, ya que el término se está usando libremente con connotaciones ideológicas y hasta políticas, sin tomar en cuenta ni su significado ni su importancia. Por eso, considero importante que nosotros, que somos los que realmente nos preocupamos por el bienestar de estas especies, podamos entender este concepto y sus pilares básicos.
Empecemos por definir qué es bienestar animal. Es cierto que es un concepto muy amplio y del que existen muchas aristas, pero basándonos en los conceptos de la organización mundial de sanidad animal, éste podría ser definido como el modo en que un animal afronta las condiciones de su entorno, el cual se considera que está en buenas condiciones de bienestar sí (según indican pruebas científicas) el animal está sano, cómodo, bien alimentado, en seguridad, puede expresar sus formas innatas de comportamiento y si no padece sensaciones desagradables de dolor, miedo o desasosiego.
Siendo estas últimas las conocidas como 5 libertades que debe tener todo animal para asegurar su bienestar. Aunque estos pilares tienen varios años, y algunos consideran que hoy se podría incluir algún otro elemento, siguen siendo las premisas básicas del bienestar y debemos analizar si las estamos cumpliendo con los animales que mantenemos (o si podemos cumplir con ellas antes de adquirir cualquier animal).
Libre de hambre, sed o malnutrición
La nutrición es uno de los factores más importantes de la manutención de todo ser vivo. Para asegurar una condición nutricional adecuada no basta con ofrecer grillos a un insectívoro o lechugas a un herbívoro. Debemos tomar en cuenta algunos factores importantes como la calidad y frescura de la comida, la variedad de alimentos, la necesidad de suplementos y las características específicas de la especie, que pueden estar documentadas en artículos científicos o en la experiencia de los terrariofilos más experimentados.
Por ejemplo, sobre Scincus scincus (escinco desértico africano, también conocido como «pez de arena») se ha reportado que la gran mayoría de su contenido estomacal son escarabajos y un porcentaje menor corresponde a sus larvas y arena (probablemente ingerida por accidente durante la captura de presas). Del mismo modo existen otros saurios que prefieren insectos voladores, tortugas que sienten predilección por hierbas muy secas, etc… Información que se debe tener muy presente y que se puede obtener consultando fuentes fiables.
Debemos también tener en cuenta las características de cada ejemplar, por ejemplo no es igual la necesidad nutricional de un pogona macho juvenil sano, que la de un macho adulto que está recuperándose de una enfermedad o la de una hembra gestante de la misma especie, que a su vez tendría necesidades nutricionales diferentes después de la puesta. Son diferentes situaciones en las que diferentes animales de una misma especie, o incluso un mismo individuo en diferentes momentos de su vida, tienen necesidades nutricionales muy diferentes y nos corresponde adaptarnos a esas situaciones.
Debemos saber reconocer la condición corporal de nuestros animales, si debe ganar peso o si por el contrario está obeso, teniendo en cuenta que el sobrepeso se considera también malnutrición ya que implica un desbalance nutricional entre lo que le estamos ofreciendo al animal y lo que el necesita.

La forma en que ofrecemos la comida será importante y puede definir si el animal se alimenta o no, debemos estimular siempre que sea posible el comportamiento de caza, bien sea dejándolos cazar en el caso de insectívoros o simulando movimientos cuando alimentamos con presas muertas. Aunque parezca algo obvio, siempre debemos asegurar el acceso a agua limpia teniendo en cuenta la biología de la especie, ya que no sería lo más indicado dejar a un camaleón solo con un cacharro de agua, ni a una serpiente con un sistema de goteo.
Un ambiente adecuado y confortable
Será aquel que crearemos nosotros dentro del terrario, y que debe propiciar gran confort físico, fisiológico, social y estar libre de estímulos estresantes.
El terrario o vivario tiene que contar con tamaño suficiente para la especie y el número de individuos, y disponer de escondites secos y/o húmedos de dimensiones adecuadas, así como también de una buena ventilación, un sustrato con las características y la profundidad necesarias, además de diferentes superficies y alturas que permitan un comportamiento natural.

Del mismo modo, se debe mantener una humedad a niveles adecuados igual que una temperatura óptima, con gradientes, y suministrada por una vía que permita al animal calentarse como lo haría en la naturaleza. Un ejemplo podría ser el colocar piedras en el punto de asoleamiento para que luego el animal se pose sobre ellas (así lo hacen Uromastyx y otros agámidos). Debemos evitar errores comunes, como colocar una manta térmica bajo el suelo para un animal arborícola, porque no es una vía eficiente, no será aprovechada por el animal y será un desperdicio de energía. La luz de buena calidad que incluya UVB, con la potencia justa y con un fotoperiodo adecuado son elementos que también se deben tener en cuenta.

Respecto a lo social, durante mucho tiempo se ha pensado en los reptiles como seres asociales, muy diferentes a los mamíferos o las aves. Han sido considerados seres carentes de comportamiento social complejo, cognición, emociones entre otros, pero con los años se ha comprobado que no es así, los reptiles y anfibios tienen una amplia serie de interacciones sociales complejas como la convivencia en grupos, la monogamia, el cuidado parental, los cortejos, el agruparse para buscar alimento, refugiarse o huir de depredadores y la comunicación entre individuos (incluso la comunicación entre fetos adyacentes para sincronizar el nacimiento). Así que entendiendo el comportamiento de nuestros animales, podremos promover un ambiente social adecuado (incluyendo dejar solo a un animal que así lo requiera).
Libre de dolor o enfermedad
Si cumplimos con las otras premisas, muy probablemente tengamos reptiles y anfibios en óptimas condiciones, pero debemos incluir un plan de medicina preventiva que frecuentemente no se tiene en cuenta. Esto incluye una cuarentena de todos los animales nuevos antes de introducirlos a una colección o antes de juntarlos con otros ejemplares. Al inicio de la cuarentena debemos hacer una evaluación física del ejemplar en la que lo recomendable sería registrar la condición corporal, el peso, cómo camina, cómo se comporta y cualquier característica física fuera de lo normal (como por ejemplo cicatrices, retención de muda, condición de los dedos, del caparazón, presencia de ácaros, etc…).

Durante el tiempo de cuarentena debemos fijarnos en cualquier anormalidad en el comportamiento; si deja de comer, si vomita, el aspecto de las heces (si son normales, si tiene diarreas, sangre…). En resumen, la cuarentena es un tiempo que nos permitirá identificar cualquier señal de enfermedad, si esto ocurre no podremos juntarlo con otros ejemplares y tendremos que llevarlo a un veterinario con conocimientos en animales exóticos. Cabe destacar que en este periodo es recomendable realizar estudio coproparasitario, para saber qué tipo de parásitos tiene y en base a ello desparasitarlo de la forma más adecuada.
Otro factor importante de la medicina preventiva es mantener la limpieza y desinfección del terrario y sus elementos. Un cacharro con agua que está sucio será una fuente de proliferación de microorganismos y de reinfección. Algunos elementos como el sustrato no se pueden desinfectar o limpiar por completo, por lo que es mejor usar uno nuevo cuando preparamos el terrario para un animal recién llegado y sustituirlo cada cierto tiempo.
Una buena nutrición y suplementación de calcio y vitaminas, junto con una iluminación adecuada son también parte de la medicina preventiva, dado que la gran mayoría de enfermedades por las que un reptil visita el veterinario son de origen nutricional/metabólico, como el hiperparatiroidismo nutricional secundario (conocida como enfermedad metabólica ósea), hipo e hipervitaminosis, obesidad, etc…

Cuando la medicina preventiva falla y algún animal está enfermo o es herido, debemos estar preparados para llevarlo al veterinario y asumir los posibles gastos económicos derivados. Gastos que en muchas ocasiones pueden ser muy superiores al coste del animal, pero que sin duda nuestro apego, responsabilidad y el valor que le damos a cada ejemplar los justificá.
Libertad para expresar un comportamiento natural
Esto incluye comportamientos de cacería como la búsqueda, el seguimiento de presas y el ataque. La posibilidad de moverse libremente, explorar, ejercitarse (bien sea escalando, excavando o corriendo) y la posibilidad de esconderse.
Los comportamientos sociales difieren mucho de una especie a otra, para algunas especies la socialización con otros individuos puede ser parte del enriquecimiento ambiental mientras que para otras puede ser un factor de estrés.

Hay comportamientos llamados agonísticos, que son aquellos relacionados con la lucha y suelen ser utilizados para aumentar la distancia entre dos animales, algunos de estos comportamientos pueden ocurrir dentro del terrario y están asociados a la competición por pareja o la definición de una jerarquía. Sin embargo, otros de estos comportamientos agonísticos deben ser evitados como las peleas por territorio, porque al estar en un espacio confinado probablemente no se podrán delimitar territorios totalmente separados, y de un tamaño adecuado, por lo que se producirá un fuerte estrés en los animales que podría llevar a peleas más fuertes que acaben con animales lastimados o muertos.
Otro comportamiento que es importante evitar es el de defensa contra depredadores, que se suele dar contra nosotros (sus propietarios). Para ello, debe darse una habituación progresiva a su manejo para así evitar un estrés que desencadene en intentos de alejarse de nosotros o mordeduras.
Algunos comportamientos como las vocalizaciones podrían resultar molestos para algunos aficionados, esto se debe tomar en cuenta antes de adquirir un ejemplar.

Libres de temores y angustias (miedo y estrés)
Cualquier deficiencia en los pilares descritos previamente puede producir estrés en el animal, así como también ruidos fuertes, una manipulación innecesaria y/o la visualización de depredadores. Lo mejor que podemos hacer es prestar atención a los comportamientos diarios de nuestros animales, ya que estos pueden modificarse ante cualquier estímulo estresante.
Un animal sin estrés exhibirá comportamientos normales, esperados para su especie. Será activo pero con un comportamiento tranquilo, explorará tranquilamente el terrario y se asoleará ( los saurios tienden a acostarse y estirar las patas). Las serpientes realizarán desplazamientos rectilíneos y adoptarán las formas o ángulos de los elementos del terrario, los animales se comportarán de forma amistosa con otros ejemplares dentro del terrario, tendrán una respiración normal, con hábitos de alimentación y de ingestión de agua normales, dormirán y descansarán con frecuencia.

Los comportamientos de un animal estresado son muy variables, dependiendo del origen de ese estrés, y algunos son localizaciones atípicas dentro del terrario (como por ejemplo un animal arborícola que se encuentra siempre en el suelo del terrario), anorexia, agresividad con otros animales del terrario, comportamientos indeseables en la manipulación (como agresividad hacia nosotros), intentos de huir, defecar o expulsar sustancias mal olientes de la cloaca, hiperactividad o hipoactividad, estereotipias (que son movimientos repetitivos como ir de un lado del terrario al otro de forma constante), intentos constantes de fuga, cambios de color (oscurecimientos), respiración con la boca abierta, vocalizaciones o autotomía de la cola en las especies que pueden hacerlo.
Aunque aún queda mucho trabajo por delante, poco a poco vamos dejando atrás los días en los que eran comunes pensamientos como; “Los animales con escamas no piensan, no tienen más que necesidades básicas y no sienten dolor”. Pero tampoco podemos volcarnos al lado contrario y verlos con sentimentalismos, ignorando cualquier argumento por más respaldo científico que este tenga.
Los reptiles son animales con necesidades como cualquier otro, algunas de ellas muy específicas, y queda de nuestra parte asegurarles unas condiciones similares a las que tendría el ejemplar en su medio natural, eso sí, debemos asegurarnos de obtener información de fuentes fiables, en internet hay mucha información errada o que quizás funciona sin ser la ideal.

Confío en que la mayoría de terrariófilos, consciente o inconscientemente, ya cumplen con estas premisas, pero es bueno recordar y además siempre queda espacio para mejorar. En este artículo solo se mencionan algunos de los factores a tener en cuenta dentro de los pilares del bienestar animal y seguro quedan muchos por abordar, pero el objetivo era dar a conocer estos conceptos y dejar a los lectores con curiosidad para seguir profundizando en el tema. Asegurar las mejores condiciones de bienestar para nuestros animales no solo es un gusto y un deber nuestro (como apasionados por estas especies), sino que además es el mejor argumento para demostrar que la terrariofilia nada tiene que ver con maltrato.