La futura entrada en vigor de la Ley de protección animal sería un jaque mate para aficiones como la terrariofilia (si su contenido fuese igual al de su actual borrador). Una ley que prohibiese la cría de mascotas entre particulares y la compra de animales en tiendas, situaría a aficiones como la nuestra en un callejón sin salida. Duro, pero cierto. Pese a ello, la anterior es en el presente un borrador que debe de superar varias etapas hasta poder ser publicado (como ley) en el boletín oficial del estado.

Entonces, muchos se preguntaran si lo que ha trascendido sobre el borrador (que será público en octubre) podrá mantenerse a lo largo del proceso legislativo. Y la respuesta es que probablemente no. Son muchas las restricciones y, según su artífice, muchas de ellas no están exentas de debate. Así que previsiblemente habrá cambios, pero puede que éstos sigan sin ser del agrado de nuestro colectivo.

Para hacer frente a estas amenazas, la terrariofilia sí dispone de herramientas. Entre sus activos destacan asociaciones que se han implicado en causas pasadas y que lo seguirán haciendo con las presentes y futuras. Pero para que así sea, y para que sus acciones sean eficaces, deberemos apoyarlas. Si nos asociamos a las anteriores, estaremos invirtiendo en el futuro de nuestra afición.

Pocas aficiones aportan tantas vivencias a sus entusiastas como la tenencia en cautividad de reptiles y anfibios y por ellas merece la pena implicarse. De nuestro colectivo también depende que ésta, y otras “jugadas”, no supongan un jaque mate para la terrariofilia.