Mientras que determinados grupos (contrarios a la cautividad de especies) recurren a caras estrategias de comunicación para «definir» a la terrariofilia, otros, más austeros, optamos por los hechos de sus propios aficionados y profesionales para transmitir su identidad.

La terrariofilia es informarse y conocer por completo las necesidades de las especies que uno desea mantener.

La terrariofilia es la configuración de espacios, estudiados y enriquecidos, para que las especies puedan expresar en ellos sus formas innatas de comportamiento.

La terrariofilia es el conocimiento de causa y el compromiso con el bienestar animal de los comercios especializados.

La terrariofilia es la observación de unas especies que no entrañan riesgo alguno para sus tenedores.

La terrariofilia es velar por el óptimo estado de salud de los reptiles y anfibios cautivos.

La terrariofilia es apostar por la cría en cautividad de especies.

La terrariofilia es compartir un mensaje positivo sobre reptiles y anfibios.

La terrariofilia, como otras aficiones o profesiones, no está exenta de pseudo aficionados o «intrusos», pese a ello, los casos excepcionales no pueden servir para definir la cotidianeidad de todo un colectivo.