Quizás, y con razón, muchos terrariófilos estimen que el Anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los animales es un despropósito y por ello estén seguros de que el anterior decaerá en algún momento del proceso legislativo. Pero confiar a la suerte el futuro de la terrariofilia es la peor estrategia posible. Por el contrario, apoyar y dotar de recursos a una federación de asociaciones (Fauna) que ya está llevando a cabo acciones eficientes, en pro de los intereses de ésta y otras aficiones, sí es una buena apuesta.

Y lo es por las siguientes razones:

  • Porque su equipo humano es técnico y multidisciplinar; con representación científica y con perfiles experimentados en la tenencia responsable de fauna exótica.
  • Porque sus mensajes trascienden más allá de las fronteras de las distintas aficiones; estando hoy presentes en medios de comunicación tradicionales e incluso en foros europeos de carácter herpetológico.
  • Porque informa a diario a todo un colectivo sobre la actualidad de sus disciplinas.
  • Porque promueve y facilita la participación ciudadana en procesos legislativos.
  • Porque conoce normativas nacionales e internacionales relacionadas con la tenencia en cautividad de fauna exótica, las competencias de los organismos que la gestionan y el carácter y la operativa de los grupos que la prefieren extinta.
  • Porque en países con mayor tradición asociacionista se han revocado procesos legislativos en pro de los intereses de los asociados.
  • Porque el presente terrariófilo es decisivo y merece un esfuerzo individual y colectivo.
  • Porque no hay otras alternativas viables y visibles.
  • Porque sus acciones ya son influyentes.

Hasta la fecha, los terrariófilos no hemos sabido hacer oposición a unas crecientes amenazas externas y nuestra inacción las ha fortalecido con el paso de los años. Hoy, la Federación Fauna nos brinda una nueva oportunidad para defender nuestros intereses y enmendar errores pasados. Aprovechémosla.