Una de las grandes fábulas de la Herpetología ha sido y será el hecho de que los reptiles beban por la cloaca. ¿Quién no lo ha oído alguna vez, y lo ha aseverado con rotundidad?

Tradicionalmente, nos han enseñado que si le damos baños a nuestros reptiles facilitaremos la absorción de agua a través de la cloaca. Aparecía en los libros, en los artículos científicos (principalmente en los 70s) y así lo explicaban nuestros mentores. A día de hoy, son muchos los post online en los que aún se asegura que tal práctica hará que tu reptil se hidrate gracias a la peristalsis distal desde cloaca.

Es cierto, que en muchas ocasiones los baños con agua templada, poco profunda y por un tiempo aproximado de 10min, pueden estimular la excreción de heces y/o de uratos de manera refleja, la separación de la muda, higiene, limpieza ectoparasitaria e hidratación. Sin embargo, esta hidratación “obligada” es debida a que el animal beberá directamente del baño en el que se encuentra inmerso.

Scincopus fasciatus durante un baño

Los pocos estudios en los que se intentó comprobar la veracidad de este hecho desmintieron uno de los mitos más repetidos, sin embargo, a día de hoy curiosamente no existe un 100% de consenso. ¿Pero, qué hay de cierto en todo esto?

Peterson y Greenshields (2001), discuten sus resultados de ésta manera: “However, dehydrated turtles with tail and anus submerged showed no changes in mass or osmolality, suggesting that water absorption is not a significant function of the cloacal bursae in this species”.

McArthur y colaboradores (2004): publican: “Observing most Testudo sp. in baths it is posible to see movement of water within the bath as it is drawn into and flushed out of the cloaca as the chelonian moves its limbs and alters its intracoelomic pressure”.

Martinez-Jimenez y Hernandez-Divers (2007): afirman: “Water absorption may take place through the cloaca during freshwater soaks and is a useful way of providing maintenance needs”, cita referenciada al artículo de Minnich publicado en 1982.

Gibbons (2009) comenta: “There is no evidence to support the hypothesis that reptiles might “drink” via the cloaca, though some authors have misreported the results of studies on the hypothesis”.

Shoemaker y Nagy (1977) y Sherbrooke (1990), no encuentran evidencias de absorción de agua vía cloaca, concluyendo que la única vía de entrada sería la boca.

En conclusión, parafraseando a Douglas Mader (Reptile Medicine and Surgery), aunque algunas especies de tortugas experimenten cierto intercambio electrolítico a través de la membrana cloacal, no existen evidencias científicas que confirmen el hecho de que los reptiles sean capaces de absorber suficiente agua a través de su cloaca, y menos como para reemplazar un posible déficit de la misma.

  • Shoemaker, V.H. y Nagy, K.A. (1977). Osmoregulation in amphibians and reptiles. Annu. Rev. Physiol. 39, 449–471.
  • Sherbrooke, W. C. (1990). Rain-harvesting in the lizard, Phrynosoma cornutum: behavior and integumental morphology. J. Herpetol. 24, 302-308.
  • Peterson CC, Greenshields D. (2001). Negative test for cloacal drinking in a semi-aquatic turtle (Trachemys scripta), with comments on the functions of cloacal bursae. J Exp Zool. Aug 1;290(3):247-54. doi: 10.1002/jez.1055. PMID: 11479904.
  • McArthur S, Wilkinson R, Meyer J, editors. (2004). Medicine and Surgery of Tortoises and Turtles. Oxford, UK: Blackwell Publishing Ltd. pp. 309-377.
  • Martinez-Jimenez D, Hernandez-Divers SJ. (2007). Emergency care of reptiles. Vet Clin North Am Exot Anim Pract; 10:557-585.
  • Gibbons PM. (2009). Critical care nutrition and fluid therapy in reptiles. Proceedings of the 15th Annual International Veterinary Emergency & Critical Care Symposium. September 9-13. Chicago, Illinois. Pp. 91-94.