En 1981, Bob Clark vio en la revista National Geographic un ejemplar albino de pitón birmana (hoy Python bivittatus) y conseguirla se convirtió en una necesidad que pudo satisfacer poco después, tras aparecer el animal en las listas del mayorista e importador Tom Crutchfield. El ejemplar resultó ser macho y una vez en su poder Clark inició en 1983 un proyecto de cría que dio sus primeros frutos dos años después; tras eclosionar las primeras tres pitones birmanas albinas en sus instalaciones.

Pitón birmana albina

El logro de este pionero herpetocultor norteamericano fue sonado y nunca se cuestionó. Como tampoco se pusieron en tela de juicio los primeros ejemplares albinos, nacidos en cautividad, de boa constrictor (Peter Kahl, 1993) o de Eublepharis macularius (Ron Tremper, 1999) entre otros. Aquellos acontecimientos, partieron de ejemplares albinos capturados (por los que se pagaron cifras astronómicas) y consiguieron ensalzar la figura de quienes los habían conseguido.

Pero los casos de Clark, Kahl y Tremper contrastan con los de otros profesionales europeos. Profesionales como Harkito reptile, que durante su larga trayectoria han alcanzado notables éxitos en la cría en cautividad de especies exigentes y desconocidas y que, además, han conseguido descendencia albina de R. Leachianus. Todo ello, sin recurrir a parentales con esa anómala coloración y sin acelerar el crecimiento de los animales para conseguir su pronta reproducción.

Rhacodactylus leachianus albino, la intrahistoria

Javier y Daniel Menéndez (Harkito reptile) consiguieron reproducir por primera vez la especie Rhacodactylus leachianus en 2008, cuando estos gigantes de nueva caledonia eran unos auténticos desconocidos para la terrariofilia europea y estadounidense. Entonces, las fases acaparaban la atención de muchos aficionados y aquellas primeras crías, cuyo fenotipo se correspondía con el de sus análogos silvestres, no despertaron demasiado interés; tuvieron que ser intercambiadas por alimento en ferias, regaladas a conocidos o vendidas a precios bajos.

Harkito reptile lleva criando R. Leachianus desde 2008

Aquello no les desanimó y los años siguientes continuaron expandiendo sus proyectos relacionados con la herpetofauna de Nueva Caledonia, incorporando nuevos ejemplares de Rhacodactylus leachianus, Correlophus ciliatus, Eurydactylodes agricolae y Mniarogekko chahoua, entre otros. Asimismo, se especializaron en gecónidos malgaches, con los que también obtuvieron resultados excepcionales logrando la cría en cautividad de Uroplatus phantasticus, U. henkely, U. sikorae o U. fimbriatus. Éxitos al alcance de pocos y que fueron a más, una vez iniciaron su andadura profesional en 2012.

2017 fue una año clave para Harkito reptile, algunos Rhacodactylus leachianus henkely adquiridos tiempo atrás (en 2008) fueron emparejados de una manera distinta. Y tras la temporada de cría se dieron cuenta de que uno de los recién eclosionados presentaba  una coloración diferente y que sus pupilas, a trasluz, eran completamente rojas. ¿Era albino aquel pequeño leachianus? Algunos reconocidos terrariófilos europeos enseguida lo afirmaron, otros prefirieron ser cautos y algunos lo negaron rotundamente.

Pareja het albino y su descendiente nacido en 2017

Poco después, en 2019, aquel ejemplar (que resultó ser macho) fue emparejado con su progenitora y el 50% de su descendencia mantuvo esa anómala coloración. Las dudas empezaron a disiparse, y lo hicieron más aún cuando aquellas rarezas pudieron ser emparejadas entre ellas (año 2022) y el total de su descendencia presentó albinismo. Ya no quedó margen para dudas y llegó su reconocimiento. Un reconocimiento, ganado a pulso, que finalmente tuvo lugar el pasado 8 de octubre en la North American Reptile Breeders Conference (NARBC) cuando Steve Sykes (Geckos etc) dio a conocer a los asistentes del simposio la hazaña de Harkito reptile.

Ejmplar albino (T positivo) y detalle de su pupila a trasluz

Daniel reconoce que fue una suerte el conseguir en 2008 dos ejemplares heterocigóticos de albino que además no estaban emparentados. Pero la suerte es para quien la merece. Los hermanos Menéndez llevan cerca de dos décadas involucrados en la cría en cautividad de esta especie, respetando los fenotipos de sus distintas localidades y consiguiendo líneas sanas con coloraciones excepcionales. Así que, sin lugar a dudas, el ejemplar albino fue un premio a su perseverancia y buen hacer.

Steve Sykes en la NARBC

En el pasado, la especie estaba asociada a nombres como; Philippe de Vosjoli, Frank Fast, Allen Rephasy o Bodo Friedel. Pero hoy, hablar de Rhacodactylus leachianus es también hablar de Harkito reptile.