Aún recuerdo la primera vez que vi a Epicrates c. cenchria en una fotografía. Su apariencia e iridiscencia me cautivaron de inmediato y supe que quería mantenerla en cautividad. Era el año 1994 y aquel atractivo boido neotropical era un completo desconocido en España, pese a ello emprendí su búsqueda. Tras consultar a comerciantes de mi ciudad (Barcelona) pude localizar ejemplares de Epicrates c. maurus (hoy considerada especie), pero ni rastro de la anterior.
Por aquel entonces, sí era posible encontrar especies singulares como Corucia zebrata, Leiopython albertisii o Calabaria reinhardtii pero Epicrates cenchria cenchria parecía no interesar a la incipiente terrariofilia española. Y tras más de un año de búsqueda desistí. Pese a ello, mi afición por los ofidios continuó su camino. En 1996 mantenía con éxito diversos colúbridos y visitaba con frecuencia un comercio barcelonés para compartir experiencias sobre Lampropeltis y elaphe (ahora phanteropis); géneros que habían acaparado mi atención.
Fue entonces, en una de aquellas visitas rutinarias, cuando el responsable de aquel comercio me sorprendió con un: “tengo boas arcoíris”. Había perdido la esperanza pero no el interés, así que salí de allí con mi primer ejemplar de Epicrates c. cenchria. La larga espera y que el encuentro fuese fortuito hicieron que valorase mucho más aquella adquisición. Y la tenencia de aquella subespecie iridiscente se convirtió en una de las vivencias más apasionantes de toda mi trayectoria terrariófila.

Distribución y descripción de la subespecie.
Epicrates c. cenchria está presente en bosques lluviosos tropicales y sabanas húmedas de Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana, Guyana francesa, Brasil y Bolivia. Para muchos autores Epicrates c. gaigae y Epicrates c. hygrophilus son consideradas también como Epicrates c. cenchria; de ahí su amplia distribución.

Sus dimensiones oscilan entre los 120 cm y 180 cm, siendo las hembras más largas y pesadas que los machos. Ambos sexos alcanzan el 85 % de su longitud máxima entre los 4 y los 6 años de edad.
Epicrates c. cenchria, como las demás integrantes del género Epicrates, es considerada una especie semi arborícola (al disponer de similitudes morfológicas con ofidios arborícolas) y también de hábitos nocturnos; pese a que hay reportes de su actividad diurna.
Datos de interés:
- Su etimología deriva de la palabra griega kratos que significa «poder”.
- Dispone de la cabeza más grande de todas las subespecies de Epicrates cenchria.
- Es considerada como el depredador más rápido de entre todas las grandes constrictoras.
- En estado salvaje su dieta se compone de pájaros, pequeños mamíferos, murciélagos e incluso de otros reptiles, pese a ello no hay constancia de canibalismo en esta subespecie.
- Los combates entre machos son anecdóticos en cautividad, tan solo han sido observados por contados autores.
- Está incluida en el apéndice II de C.I.T.E.S.
- Lleva criándose en cautividad desde 1960.
Terrario Para Epicrates c. cenchria.
Pese a que las medidas mínimas de los terrarios establecidas por la sociedad alemana de herpetología y terrariofilia (DGHT) han generado controversia entre los terrariófilos, las reflejadas para la anterior subespecie sí son ampliamente aceptadas. Siendo éstas de 150 cm x 75 cm x 113 cm para alojar a una pareja adulta.
Epicrates c. cenchria es una escaladora habilidosa, así que deberemos de utilizar troncos y/o ramas (bien sujetas) en la decoración de sus terrarios. Además de las anteriores, añadiremos un amplio bebedero (en estado salvaje es fácil encontrarlas en las cercanías de ríos) y también refugios húmedos y secos en las zonas cálidas y frescas de sus instalaciones.

Estas boas requieren de unas temperaturas diurnas entre los 28 y 30 grados centígrados y nocturnas entorno a los 22 y 25 grados para llevar a cabo su actividad. Para lo anterior, si recurrimos a mantas térmicas deberemos de conectarlas a un termostato y evitar que éstas entren en contacto directo con nuestros ofidios ya que de lo contrario podrían provocar abrasiones.
Una humedad del 70% es óptima para su correcto mantenimiento; siendo de vital importancia para el buen desarrollo de ejemplares juveniles. Éstos precisarán de zonas con sustrato húmedo combinadas con otras secas. Para conseguirlo pulverizaremos el terrario a diario; siempre y cuando éste disponga de una buena ventilación.
Epicrates c. cenchria se ha mantenido, y criado, con éxito sin lámparas uvb. Un aporte lumínico que simule el ciclo diurno será suficiente para su óptimo desarrollo en cautividad.
Epicrates c. cenchria es un ofidio voraz, pese a ello no debe sobrealimentarse. Ratones y ratas deben de ser ofrecidas espaciadas en el tiempo y con dimensiones acordes con el tamaño de nuestras boas. Los ejemplares de boa arcoíris adaptados y correctamente alimentados rebajarán su temperamento inicial.

Reproducción.
Epicrates c. cenchria adquiere su madurez sexual a partir de los 3 años de edad (machos y hembras) y su reproducción es relativamente sencilla; no requiere de grandes habilidades.
Pueden mantenerse en parejas e incluso en grupos conformados por una hembra y dos machos; siempre y cuando los últimos hayan permanecido juntos desde juveniles. Si se incorporan nuevos ejemplares, a grupos ya establecidos, el proceso se debe hacer bajo una estricta vigilancia y los últimos deberán haber superado con éxito una cuarentena previa.
Las cópulas coinciden con la época más cálida y húmeda. Tras éstas las hembras grávidas dejaran de alimentarse y será entonces cuando deberemos de alojarlas en un terrario individual, cálido y con sustrato abundante.
Transcurridos 180 -220 días, la hembra dará a luz a sus crías durante la noche. Los neonatos nacerán con unas dimensiones de entre 30 y 50 cm y se alimentarán tras realizar su primera muda.