Quienes nos adentramos en la terrariofilia a finales de los años 80 nos topamos entonces con distintas limitaciones; escasez informativa y de alimento vivo, materiales y tecnologías rudimentarias y también con un elenco de saurios gigantes (iguanas, varanos o escincos) con unos requerimientos de espacio difíciles de satisfacer. Mucho ha llovido desde entonces y en la actualidad podemos encontrar con facilidad gecónidos de talla XS que son una excelente opción para mantener en terrarios. Entre los anteriores destacan Lygodactylus, Gonatodes y Sphaerodactylus; unos géneros vistos e interesantes que seguro serán protagonistas a corto y medio plazo en la afición global.
Lygodactylus:
De entre los saurios más pequeños destaca el género Lygodactylus y la popular especie Lygodactylus williamsi. El azul eléctrico de los machos la ubicó en el mapa de la terrariofilia española décadas atrás y hoy en día no hay aficionado a los terrarios que desconozca su existencia. Bien es cierto que su inclusión en el apéndice I de cites hizo decrecer el interés por estos gecos diminutos. Pese a ello, sigue siendo posible su tenencia al mantenerse estable su cría en cautividad.

Más allá de la intensa coloración de los machos, cabe destacar que L. williamsi es una especie endémica de dos pequeños bosques situados en el este de Tanzania (Kimboza Forest y Ruvu Forest) y que tan solo habita sobre una única planta; Pandanus rabaiensis.
Lygodactylus williamsi es una especie insectívora, arborícola y diurna. Y su mantenimiento en cautividad (como el de otros miembros de su género) es relativamente sencillo. Ofreciéndoles; un terrario vertical enriquecido con elementos naturales e iluminado con Uvb, presas variadas y acordes con su tamaño, una temperatura de entre 32 y 25 grados y una humedad del 70% podremos mantener a esta especie en óptimas condiciones y disfrutar de su actividad en el terrario.
Además de este diminuto geco de color turquesa, el género Lygodactylus también cuenta con otras especies extendidas en la terrariofilia como; L. conraui o L. kimhowelli con apariencias muy atractivas que también merecen ser valoradas por los terrariófilos.
Gonatodes:
Otro género al alza en la terrariofilia es Gonatodes. Como sucede con Lygodactylus, Gonatodes también pertenece a los “Dwarf geckos”, o gecos enanos, ya que en ningún caso sobrepasan los 120 mm (hocico – cola). Y de las 17 especies que conforman el anterior destaca, por su frecuente cría en cautividad, la especie Gonatodes vittatus.
Este saurio diurno y diminuto presenta una amplia distribución y es posible encontrarlo en el norte de Colombia y Venezuela así como en las cercanas islas de Aruba, Margarita y Trinidad y Tobago. Posee un dimorfismo sexual marcado ya que los machos presentan una franja longitudinal blanca con rebordes negros (de ahí vittatus) que contrasta con las manchas y rayas pardas de las hembras.

G. vittatus pese a ser considerada una especie “terrestre” es capaz de trepar por los árboles hasta una altura considerable y este hecho se debe de tener presente a la hora de configurar su terrario (éste debería de ser de unas dimensiones mínimas de 40 x 40 x 40). Un terrario naturalizado pero funcional, iluminado con Uvb, con temperaturas entre 26 y 28 grados y una humedad del 60% – 70% nos permitirá disfrutar por completo de la actividad de estos gecos.
Sphaerodactylus.
De entre los gecos diurnos de menor tamaño, el género Sphaerodactylus quizás sea el más desconocido para los terrariófilos españoles (aunque sí se crían con éxito en nuestro país). Pese a ello, el anterior, está cada vez más presente en aficiones colindantes y es previsible que pronto también levante pasiones dentro de nuestras fronteras.
Se trata de un género muy particular; es el más amplio de todos los gecos, uno de sus miembros (Sphaerodactylus parthonopion) es considerado el saurio más pequeño del mundo (cuenta con apenas 3 cm) y todas las especies que lo conforman son capaces de mover sus ojos de forma independiente.
De entre las más de 100 especies que lo conforman destaca (al menos para el autor de este artículo) la especie Sphaerodactylus torrei. Una especie distribuida desde Santiago de Cuba hasta el este de la playa Juraguá que no supera los 8 cm.

La coloración de los machos de esta especie es una de las más atractivas del género; éstos presentan un cuerpo azulado y cabeza y cola anaranjadas. Siendo también llamativas y vistosas las hembras al presentar franjas amarillas y negras a lo largo de todo su cuerpo.
Dado su “gran” tamaño, en relación con las demás especies del género, S. torrei requiere de un mayor espacio (terrarios de 25 x 50 x 30 en adelante). Y éste ha de estar provisto de refugios ya que, pese a ser una especie diurna, no suelen exponerse a luz solar directa. Un rango de temperaturas de entre 32 y 24 grados centígrados y un 80% de humedad serán necesarios para el correcto mantenimiento de la especie.
Conclusión;
Las especies pequeñas son tan interesantes y vistosas como las de mayor tamaño y satisfacer sus necesidades de espacio es más sencillo. Por lo anterior éstas están llamadas a ser también protagonistas del futuro de nuestra terrariofilia.