El grupo parlamentario socialista registró formalmente hace escasas semanas una enmienda, tal y como había adelantado su portavoz Patxi López, para que los “animales de trabajo” queden excluidos de la ley de bienestar animal. Una enmienda que es considerada de “extrema gravedad” por sus socios de gobierno y que junto a las enmiendas a la totalidad de PNV, PP y VOX podrían hacer decaer la propuesta legislativa impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 de Ione Belarra.
La iniciativa del PSOE afectaría, entre otros, a perros pastores y de guarda del ganado, aves de cetrería o a los animales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. También a perros de caza, y éstos últimos podrían suponer un obstáculo insalvable para este proceso legislativo al haber afirmado el Director General de Derechos de los Animales (Sergio Garcia Torres) que; “la ley de protección animal incluirá a todos los perros, por varias cuestiones; por decencia, por seguridad jurídica y porque así está ya comprometido en el seno del gobierno”. Y al aseverar también que “una ley con una enmienda así es mejor tumbarla”.
A la modificación propuesta por el anterior grupo parlamentario se le suman las recientes enmiendas a la totalidad del Partido Nacionalista Vasco, Partido Popular y VOX. EL PNV se opone, al todavía borrador de Ley, al considerar que éste “invade de forma incontestable las competencias de la comunidad autónoma vasca» y por “el carácter centralizador y reglamentista que se desprende del conjunto de esta regulación que se propone”. Los populares argumentan que «no se ha consultado a comunidades autónomas, ayuntamientos y diputaciones y a ninguno de los sectores afectados». Y VOX afirma que el texto actual «representa un grave peligro para el mundo rural y para las distintas aficiones relacionadas con el mundo animal». Con sendos argumentos, los anteriores grupos parlamentarios, pretenden que el texto sea devuelto al gobierno.
Reptiles y anfibios no se encuentran entre los damnificados de la enmienda socialista, pero la creciente oposición de grupos parlamentarios y la disconformidad de entidades científicas a esta propuesta legislativa, suponen un halo de esperanza para aficiones como la terrariofilia. Pese a ello, su tramitación continúa abierta y debe resolverse en las próximas semanas; al tratarse de un procedimiento legislativo de urgencia.